viernes, 19 de julio de 2013

Trilingüísmo sí, pero así no

Artículo de opinión, Joaquin Andréu, Ponente Grupo de Educación

8 de Mayo de 2013
Seamos lo suficientemente maduros para permitir la protección del valenciano sin tener que crear privilegios, discriminar o prohibir, sino con libertad.
Los valencianos nunca hemos tenido problemas en usar el castellano o el valenciano hasta que se aprobó el Estatuto de Autonomía y aparecieron los partidos nacionalistas. El valenciano es un ciudadano mediterráneo, extrovertido, respetuoso, tolerante…

Muchos adoramos el valenciano, esa preciosa lengua, pero la consideramos la lengua de “los otros valencianos”, y muchos nacionalistas reconocen desde 1903 que “cuando hablan de País Valenciano, nunca cuentan con los nativos con lengua materna el castellano”.

Los valencianos nunca hemos llegado a un acuerdo sobre qué es “una proporción razonable” de las lenguas cooficiales en la educación. Los nacionalistas quieren todo en valenciano, no solo en las zonas castellano hablantes, sino en todo el Estado. El resto de partidos quería todo en valenciano en la mitad del territorio valenciano y depende del partido, de dos a cuatro asignaturas en valenciano en la otra mitad del territorio donde nunca se ha hablado. Los que vivimos en la zona castellano hablante nos dividimos en tres grupos: los que no quieren ninguna asignatura en valenciano, los que aceptarían un par si se quita como requisito en selectividad y en la función pública, y los que quieren que se perpetué un par de asignaturas en valenciano para disfrutar de privilegios como comedor, profesores de conversación… pero sobre todo para alejarse de los guetos de inmigrantes.
En UPyD estamos intentando llegar a una cosa intermedia, de consenso, y como dinamizador del grupo de educación me toca explicar a todos los nuevos participantes cosas primordiales antes de opinar.

En primer lugar, según la Constitución, conocer el idioma español es un derecho y un deber, sin embargo el conocer el valenciano es un derecho. En las zonas castellano hablantes (la mitad del territorio, el 17% de los ciudadanos) y para los inmigrantes temporales existe el derecho a no estudiar el valenciano. Y podríamos modificar la Constitución, pero mientras, debemos respetarla.

En segundo lugar, los expertos dicen que para garantizar el conocimiento de ambas lenguas no hace falta una inmersión lingüística, al ser ambas dialectos romances y muy parecidos. Es decir, que con una sola asignatura sería suficiente para un nivel B1 del Marco de Referencia Europeo de las lenguas.

En tercer lugar, los alumnos con Necesidades Educativas Especiales, necesitan estudiar en su lengua materna, siendo improbable que aprendan tres lenguas.

Por último, no debemos caer en lo fácil de decir tanto de castellano, tanto de valenciano, tanto de inglés y tanto de una segunda lengua extranjera (francés, alemán o italiano), latín o griego; sino recordar los fundamentos de la enseñanza y las leyes lingüísticas, que hablan de lengua L1 (lengua materna oficial), L2 (lengua de contexto), L3 o LE (lengua extranjera principal) y L4 (segunda lengua extranjera optativa).

Es aquí cuando es más justo hablar de proporción razonable de las lenguas, sin hablar de castellano o valenciano, sino, teniendo en cuenta que matemáticas, lengua y literatura deben ser en la lengua materna, sea la que sea; y luego llegar a un acuerdo de qué es una lengua de contexto (la segunda lengua más hablada en el municipio). El error de los nacionalistas es decir que la lengua materna de todos los valencianos es el valenciano, y no respetar a los castellano parlantes. El error de los conservadores es creer que la lengua materna de todos los valencianos es el castellano. En este sentido, debe existir libertad de elección de la lengua vehicular materna. Ahora, la lengua de contexto debería ser el castellano o el valenciano en las zonas valenciano parlantes, dependiendo de la elección de la lengua materna; pero en la zona castellano parlante se nos abren varias posibilidades, o poner siempre el valenciano, o en zonas como las comarcas de la Marina Baixa o La Vega Baja del Segura donde los anglosajones son mayoría de población (del 50% hasta el 78% de los residentes censados) escoger el inglés, dejando elegir como al resto de españoles la lengua extranjera y la segunda lengua extranjera, ofertando siempre de cero a dos asignaturas optativas en valenciano como hasta ahora.

Dejo aquí las bases para reflexionar sobre una potencial modificación de las leyes actuales, intentando ser justo, ampliando derechos y libertades, no discriminando, no quitando libertades, sin prohibir nada. Basándome en criterios técnicos, evitando los emocionales. Pero recuerden, miren la cultura, el respeto a nuestros ancestros, valorando la diversidad, no adoctrinando a ser iguales, y esto pasa por eliminar el requisito del valenciano en oposiciones, donde cuenta más que 40 años de experiencia en cirugía; por poder elegir la lengua de selectividad independientemente de en qué lengua se haya estudiado; repartir a los alumnos porcentualmente, sin crear guetos, sin concentrar a alumnos que no conocen ninguna de las lenguas cooficiales, dejando que la gente elija libremente, no imponiendo con chantajes de recursos adicionales o privilegios…

Lo único que personalmente tengo claro es que la dignificación del valenciano y su protección nunca se conseguirá con políticas discriminantes, de imposición y/o de adoctrinamiento. Las políticas lingüísticas actuales están dañando mucho al valenciano y a sus hablantes; y a la vez minando los derechos de los castellano hablantes y, sinceramente, intentando tener contento a todo el mundo, al final, desagradan a todos.

Joaquín Andréu
Ponente Grupo de Trabajo de Análisis Político sobre Educación
Comunitat Valenciana
http://www.upyd.es/contenidos/noticias/112/97867-Trilinguismo_si_pero_asi_no

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