A veces creo que los políticos que nos gobiernan son psicópatas o piensan que somos muy tontos.
España es uno de los países que menos camas de hospital tiene por habitante, bajó de 3,9 a 2,6 por cada 1.000 (con los recortes desde 1.995, 2.008 y 2.011, contando con privadas y concertadas), cuando la OMS aconseja 8 por cada 1.000 y países con fama de médicos normales tiene más de 10 (Lituania y Bulgaria) o buenos médicos como Alemania 9,7.
Andalucía cuenta con un ratio de 1,7 (sólo contando públicas), sólo por detrás de la CV. No podemos saber el recorte de las camas en Andalucía de 2.014, pues el gobierno local dice 1 de cada 6 camas, pero los sindicatos dicen que se están cerrando 1 de cada 3. En la CV también se han cerrado camas. Pero lo peor es que existen comarcas, como la Vega Baja del Segura o La Marina Alta, que a pesar de los hospitales privados y los de gestión privado, tienen ratios tercermundistas de 1,9 de censados (contando hospitales privados), menos de 1,4 contando con la población flotante de invierno (Japón 14, diez veces más).
Estos datos nos dicen algo claro: se supone que en España muertes evitables son unas 44.000 al año, 440.000 cada década, si la vida media es de 82 años, el Gobierno habrá dejado morir a 3,6 millones de españoles a lo largo de tu vida, si ahora somos 46 millones, es un 7,8%, casi una de cada diez personas que conoces habrá muerto por un homicidio de omisión de socorro (falta de camas de hospital, falta de ambulancias, falta de formación de médicos de cabecera sobre suicidio, ...). Las casas suelen tener 2,5 miembros, así que dejarán morir a alguien de tu entorno (tu casa, la de tu madre, la de tu hermano/a y la de tu abuela).
¿Y encima de los recortes de 2.008, 2.010, ahora anuncian más en 2.014????????.
Los recorten matan, ¿estás dispuesto a que sean muchos de tu familia?.
jueves, 24 de julio de 2014
lunes, 7 de julio de 2014
Derechos Humanos, democracia y otros superpoderes en peligro de extinción
Corría el año 1.945, tras
finalizar la II Guerra Mundial, 51 países fundaron las Organización de las
Naciones Unidas (ONU) con la intención de cooperar en el Derecho Internacional,
la paz, el desarrollo, asuntos humanitarios y los derechos humanos. De su carta
fundacional, en 1.948 en París se adoptó la Declaración Universal de Derechos
Humanos (DD. HH.) que contenía 30 artículos. Al menos uno de los tratados
internacionales ha sido firmado por los todos los estados reconocidos (193
estados, más Malta, El Vaticano y Palestina; no así los territorios en
conflicto como Kosovo o Taiwán, o el único territorio no autogobernado que
queda: el Sáhara Occidental). La declaración se basa en “que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e
inalienables de todos los miembros de la familia humana”.
En la teoría esto está muy bien,
pero en la práctica es una declaración de intenciones violada continuamente. Se
presume que 5.600 millones de humanos no tienen un mínimo cumplimiento de sus
DD. HH. (y ahí no entra casi ningún español, menos de 300.000).
En cuanto a la libertad, en pleno siglo XXI se han
producido 51.531 desapariciones
forzadas (detenciones, secuestros oficiales, asesinatos sin cadáver..). En
cuanto a la igualdad, el derecho al trabajo y la vivienda el reparto de la riqueza hace 2.800 millones de humanos no tengan ingresos suficientes para
asegurarse un mínimo de salud (agua potable, centro de salud…, menos de 45 euros al mes). En cuanto al
derecho a la vida y la salud 500.000
mujeres mueren en el parto al año; 30.000 niños menores de 5 años mueren al día
por enfermedades que podrían curarse… En cuanto a la esclavitud y el ocio se
presume que existen 32 millones de esclavos, la mitad sexuales. En cuanto al
derecho a la educación primaria gratuita y la formación profesional, el 20% de
los niños no tiene acceso a la enseñanza primaria y todavía tenemos 876
millones de adultos analfabetos. En cuanto a la justicia, la democracia, la cultura y la familia ni hablamos, que
son “lujos” hasta en España.
Muchos son los derechos que se
han ido conquistando en el siglo XX y que peligran en el XXI: en 1.848 Francia abolió
el derecho de voto por renta; en 1.887 en Irlanda se quitó la limitación de
voto por religión; el derecho a voto universal se implantó en EE. UU. en 1.965
(incluía afroamericanos), en España en 1.931 (incluía a la mujer, derecho que
algunos partidos han pedido retirar hasta 2.004); la ley del divorcio en España
se aprobó en 1.932; recuperándose en 1.981; reformándose para que no se
necesitase un delito (infidelidad, maltrato,…) en 2.005 y acelerándolo para que
no durase hasta 12 años de trámites. Hoy en día existen partidos en España que
desean prohibirlo, mientras algunos países musulmanes están empezando a
instaurarlo. Fue en 2.005 también donde la ley de reforma del matrimonio lo
amplió a todo ciudadano, incluyendo derechos asociados como alquiler, herencia,
visita a la UCI o UVI de tu pareja…
Pues eso, que en 1.965 las
mujeres, los afroamericanos, … empezaron a tener derechos en USA, ya se podía
hasta hablar de legalizar la marihuana; pero los homosexuales estaban vistos
como “una epidemia de enfermos” que no tenían derecho a profesión, trabajo,
vivienda, salud, … incluso se permitía la “caza” del homosexual por parte de
grupos religiosos, que se cobró muchas vidas; sólo la mafia les hacía caso, al
venderles alcohol robado y adulterado al doble de precio. Es increíble que con
tanta presión, la comunidad gay se rebelase cuando intentaron quitarles lo
único que les quedaba: “un antro de la mafia donde podían bailar lentas”, y no fue hasta entonces que dijeron el primer “no, no nos moverán”. El baile, el ocio,
es un derecho que para ellos era un oasis de dignidad, de humanidad.
Las leyes homofóbicas de EE. UU.
penaban con la muerte hasta 1.873 que se cambiaron por la castración; luego 10
años de cárcel, confiscación de bienes y trabajos forzados; en los años 70
algunos estados eliminaron la prohibición del sexo oral y anal, hasta que en 1.986
el tribunal supremo constitucional amplió estas prohibiciones a los
heterosexuales para ser “iguales” en derechos y deberes, arruinando custodias
compartidas con la excusa de que “una vez me pediste que te chupase…”. No fue
hasta 2.003 que se eliminó esta prohibición en la intimidad del hogar.
Pues eso, que en el papel parece
que está todo hecho en España, pero las leyes no son acordes con el
adoctrinamiento religioso, identitario e ideológico en los colegios; con el elevado
número de actos violentos machistas, racistas, xenófobos, homófobos… 60.000
familias han perdido su primera vivienda en España, sin opción a ir a casa de
sus padres y abuelos; el paro pasa los 8 millones de parados (4,5 en censos, 1
en cursos, 1 amos/as de casa, 500.000 emigrantes, 300.000 que ya ni “fichan”…),
muchos ya sin subsidios de desempleo; 200.000 niños malnutridos que llegarán a
la desnutrición con los recortes; dependientes sin derecho a ocio; imposiciones lingüísticas regionales; entre
300.000 y 800.000 esclavos/as sexuales; juzgados saturados con lista de espera
de 8 años; y en cuanto a la democracia, un voto para el Senado 2011 entre un
elector de La Gomera y otro de Madrid costó 181 veces más.
El actual gobierno, que era igual
que el resto de partidos nacidos antes de 2.007, ha visto que se hunde el
bipartidismo y por ello ha decidido recortar en derechos humanos, recortando aún
más en sanidad, en educación, en el derecho de huelga y manifestaciones; ha
convertido a menos democrática la ley electoral, ha confeccionado un proyecto de ley de aborto
sectario, y ha permitido a los regionalistas las imposiciones lingüísticas hasta
a las empresas…
Mucho por hacer, por eso
necesitamos sentarnos a escribir unos mínimos de derechos y deberes razonables,
sostenibles y sobre todo blindados que deben cumplirse para todos.
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